El detector de metales sonó indicando que había algo. Eso lo llevó a desenterrar el extraño baúl en el bosque.

Los instrumentos de detección de metales permiten ubicar diversos objetos, algunos valiosos y otros no. Por ejemplo, monedas antiguas, joyas de oro, latas de refresco o cualquier otra cosa. A veces, se consiguen piezas auténticas e inesperadas y este es el relato de uno de esos descubrimientos.

Episodio en el bosque

El también youtuber es conocido en línea como Cornetto153. En su programa “Caza de Reliquias de la Segunda Guerra Mundial”, presenta los campos europeos donde se llevó a cabo el conflicto armado y los tesoros que aún guardan. Mientras grababa un nuevo episodio en un bosque de los Países Bajos halló casualmente algo inaudito.

Descubrimiento inusual

Entre las piezas halladas por él en expediciones anteriores, se encuentran proyectiles de artillería y depósitos de municiones desgastados por el tiempo. Una muestra de los enfrentamientos que hubo en aquella época entre los nazis y las fuerzas aliadas. Sin embargo, en esta oportunidad encontró la hendidura de una presunta trinchera o ametralladora. Cerca, visualizó algo más insólito.

Una señal

A medida que pasaba el detector de metales por el terreno lleno de hojas húmedas, y narraba lo que sucedía, el aparato emitía señales fuertes. Eso lo llevó a pensar que sería un objeto grande, quizás un bomba sin explotar, un cañón usado en combate, o tal vez algo que debido a su naturaleza jamás podría imaginar.

Gran tesoro

Cornetto153 continuaba con la narración mientras golpeaba la superficie con su pala. Decía que estaba tratando de desenterrarlo para verlo. Indudablemente, lo que fuera que yacía debajo de ella era muy sólido y de gran tamaño, por lo que siguió quitando hojas para revelarlo.

Superficie poco profunda

Por suerte, el objeto desconocido no fue enterrado a mucha profundidad. Apartando la tierra y las plantas, observó el contorno de algo metálico aplanado que tenía forma rectangular. De hecho, era una revelación fuera de lo común.

¿Un plato?

Aquello parecía un plato de inmensas proporciones o algo similar, decía el cazador. El curioso objeto se encontraba junto a él en medio del bosque o de la nada. Para Cornetto153 era un objeto no solamente desconcertante sino intrigante.

Tomando el disco

Dispuesto a abrirlo, el explorador se colocó unos guantes de trabajo pesado y luego tomó el asa para levantar el disco. Esperaba con suerte que no estuviera conectado a una granada o algún otro explosivo de la Segunda Guerra Mundial.

Cofre del tesoro

No pudo disimular su asombro por lo que había encontrado. Aunque evidentemente no era una reliquia abandonada del conflicto armado, el objeto escondido debajo de la placa parecía del período en que los piratas atacaban las embarcaciones.

Una pieza pesada

Al sacar el cofre del hueco, Cornetto153 se dio cuenta que era atractivo y demasiado pesado. Posiblemente, hace siglos lo habían robado del Nuevo Mundo. Se preguntó muchas cosas, pero el contenido era lo que más le intrigaba. Solo podía imaginar el tremendo botín de oro o plata que tendría dentro.

No es lo que pensaba

Sin embargo, el baúl no era lo que él creía. Cuando se acercó para revisarlo bien, vio que tenía una cerradura moderna de las que únicamente se pueden abrir con una combinación. Obviamente, a quien lo escondió no le interesaba que lo abrieran con facilidad. Para hacerlo, necesitaría conocer la combinación exacta o tener una herramienta para cortar el cerrojo.

Difícil de abrir

Además, el cofre tenía en la parte trasera un segundo candado con un cable de arrastre atado al interior del hoyo. Por lo tanto, sin tener un plan y el equipo adecuado le resultaba complicado extraer el tesoro del sitio 

Escalas peculiares

Extrañamente, al otro lado de la caja había una botella de plástico vacía con una serie de números en los bordes. ¿Una pista o el código de apertura?

Mensaje oculto

Por si fuera poco, en la parte posterior, Cornetto observó un letrero desteñido de varios párrafos escrito a máquina. En ese momento, ya estaba convencido de que no era nada antiguo sino algo totalmente diferente.

¡Lo encontraste!

Era una felicitación por haber encontrado aquello, deliberadamente o no. Entonces, se preguntó qué demonios era eso, para qué servía y qué estaba haciendo allí con todo lo que tenía dentro. Otras personas se habrían formulado las mismas interrogantes al verlo. 

Parte de un tesoro

Lo otro que señalaba el aviso es que se trataba de un juego mundial llamado Geocaching, en el que participan usuarios de GPS (Global Positioning System). Consiste en esconder algún objeto en una caja y publicar las coordenadas para que otros interesados la encuentren.

Jugando Geocaching

Sin saberlo, Cornetto 315 había descubierto uno de los tantos lugares secretos. Para rastrearlo, los jugadores de Geocaching utilizan una aplicación móvil. Una vez que encuentran el tesoro ficticio, toman lo que está en la caja y firman una bitácora. Algunos dejan un recuerdo o comentario referido a la actividad.

Percepción equivocada

El juego cuenta con tres millones de seguidores en todo el planeta, aunque no deja de ser un pasatiempo decepcionante para ciertos individuos. Algunas personas lo han confundido con escondites de drogas y han solicitado a la policía que investigue. Por ese motivo, hasta escuadrones antibombas se han desplazado a esos lugares.

Valor afectivo

Lamentablemente, por no poseer la combinación que abría el candado, Cornetto 315 no pudo conocer lo que había en el interior del cofre. Por tal razón, lo regresó al escondite. Los eventuales buscadores de tesoros deben estar conscientes de que los objetos almacenados tienen un valor más afectivo que económico. En ocasiones, son sencillamente pavorosos, como descubrió otro aficionado de los detectores de metales, conocido en Youtube como WW2HistoryHunter. El también halló una de esas trampas y no pudo resistirse a echar una ojeada.

Caminando por el bosque

Este arriesgado hombre inició su exploración una mañana de diciembre, cuando se internó en el bosque para explorar un área del campo alemán, con la esperanza de encontrar más artefactos de la Segunda Guerra Mundial. Debido al clima helado, se puso unos guantes de invierno y con la ayuda de su detector de metales empezó a buscar reliquias enterradas y aparatos ocultos.

Vestigios de guerra

En unos de sus vídeos de youtube relacionados con la búsqueda comentó que ese bosque no era así antes. Antiguamente sirvió como centro de entrenamiento y almacenamiento de las armas utilizadas en aquella época. Por ello, no dejó pasar mucho tiempo para comenzar a exhumar algunos objetos interesantes.

Una señal

En principio, su aparato detectó la presencia de un metal presuntamente grueso y de hierro cerca de la superficie. Así pues, excavó profundamente hasta encontrar lo que creía era la tapa de una granada de mano francesa. Seguidamente, halló un cartucho de bala de 1940.

Es algo grande

Sin embargo, eso no era lo único enterrado en el subsuelo. Por tal razón, hizo un hoyo más grande con la pala e introdujo luego los dedos en él para sacarlo. Extrajo un elemento que parecía un fragmento de bomba, por lo que recordó que los Aliados volaron esa zona en pedazos varias veces.

Un objeto raro

En cambio, su siguiente descubrimiento fue extraño. Por el tono del detector de metales parecía una cosa pequeña, quizás un cartucho. No obstante, lo que consiguió tras excavar la tierra era más grande que un casquillo y tenía un vástago con una cuerda de sujeción que supuso podría ser de una granada de humo.

Descubrimiento peculiar

Después, encontró un objeto circular de aluminio tan delicado y delgado como el papel, lo cual le pareció aún más inesperado. Afirmó que era la tapa de una botella de leche perteneciente a la época de la guerra. Señaló que era un hallazgo realmente especial, pues difícilmente se conseguía algo así en tan buen estado.

Paisaje escalofriante

Entretanto, el paisaje ofrecía aparentes pistas del pasado. Surcos y tierras repletos de maleza que conduciría a la ubicación de trincheras y otras estructuras de combate. Pero no fue allí, sino en un lugar distinto donde el cazador de reliquias halló una puerta.

¿Qué hay en su interior?

De hecho, la ubicó mientras exploraba un terreno más elevado entre los árboles. Después de sacudir la superficie de tierra, consiguió una tapa de metal cuadrada y de gran tamaño, además de una escotilla a través de la cual llegaba a una estructura subterránea oculta, aparentemente un búnker.

Es hora de abrirla

Efectivamente, el campo europeo oculta un entramado de estructuras subterráneas construidas por los alemanes, por ejemplo, el Muro del Atlántico en las zonas costeras. Así pues, el cazador de reliquias no sabía lo qué descubriría allí, por lo que con la ayuda de su pala presionó la puerta y el marco logrando abrir un poco la entrada.

Una mirada rápida

En vista de que la puerta no se abría completamente, observó a través del agujero que tenía en la esquina. Como estaba muy oscuro y no podía apreciar lo que había del otro lado, la cerró de nuevo y decidió volver otro día. Desde luego, logró identificar una gran estructura debajo, aunque no estaba seguro de su profundidad.

Preparado para el retorno

Pasaron dos meses antes de que el cazador volviera al bosque para seguir indagando. En esta oportunidad, lo visitó armado con herramientas: un cincel resistente, palanca, martillo, cuerdas y un trinquete. El equipo que cargaba pesaba aproximadamente 30 libras, lo que demostraba que estaba dispuesto a abrir la puerta.

Puerta en el bosque

Por desgracia, hacía más frío que la vez anterior y él no era, precisamente, una de esas personas que se divierten en la nieve. No obstante, tuvo suerte y resultó que en esa parte del bosque donde encontró la puerta no había hielo. Eso lo favoreció hasta el punto que logró abrirla en 10 segundos con la palanca.

Verdad develada

Por fin el caza reliquias concretó su objetivo de ver dentro. ¿Qué descubrió? ¿Un cargamento de municiones? ¿Un centro de detención nazi? ¿O una construcción para protegerse de los bombardeos, abandonada precipitadamente y con objetos personales de los soldados alemanes? Su reacción fue de decepción, incluso, manifestó sentirse como un tonto.

Realidad desalentadora

En el supuesto “búnker” había algunas tuberías y válvulas grandes, más bien parecía un sistema de agua. Aunque no estaba claro quien lo manejaba y de dónde provenía ese mecanismo. Probablemente lo utilizaron para suministrar agua potable a las residencias de la localidad o para regar los cultivos.

Otra compuerta

Otra alternativa era que lo hubiesen construido para proveer las instalaciones de entrenamiento nazis más próximas. Cerca de la escotilla, vió una pequeña colina que subió para seguir investigando. Después de ascender la cima, halló una segunda compuerta bien cerrada. La forma de la estructura era similar a la de un tanque de agua, por lo que pensó en otra hipótesis.

Parte de la historia

Según el cazador, la existencia de depósitos de municiones en la instalación representaba un riesgo significativo de incendios. Por tal razón, los alemanes habrían diseñado un sistema para combatir el fuego, basado en una red de tuberías subterráneas como solución tecnológica. Fue esa presunta infraestructura la que afirmó haber encontrado.

Más túneles

No obstante, si efectivamente en algún momento esas tuberías formaron parte de un establecimiento nazi abandonado, ya sea para surtirlo de agua potable o apagar incendios, es posible que exista algún punto donde se conecte con los búnkeres y túneles subterráneos. Habrá que esperar, a ver si en un episodio futuro de WW2HistoryHunter se despeja la incógnita.

El misterio continúa

Naturalmente, no hay manera de comprobar su hipótesis sin una investigación aunque parezca creíble. Las fortificaciones usadas para guardar municiones suelen contar con algún tipo de sistema de inundación que se activa en caso de incendios. ¿Por qué otro motivo se habría construido un tanque de almacenamiento en un bosque?