Una mirada peculiar de la suntuosa residencia privada de Carlos y Camila

Clarence House es quizás, la residencia favorita del Rey Carlos III y su consorte Camilla, quienes la comparten desde hace dos décadas. Esta vivienda londinense ha sobrevivido desde mediados del siglo XIX. Pero, de acuerdo con la tradición, es posible que tras la muerte de la reina Isabel II, el nuevo hogar de la pareja real sea el Castillo de Windsor. No obstante, la historia de este insigne edificio sigue siendo interesante. Te invitamos a hacer un recorrido por su interior para que lo conozcas.

Ubicación privilegiada

Esta casa de la realeza británica está situada en una larga y céntrica calle de Londres, conocida como el Mall. Específicamente, en la ciudad de Westminster. Cerca, queda la otra residencia oficial del nuevo monarca, el Palacio de Buckingham, así como el de St. James. Anteriormente, fue la morada de la madre de Isabel II, la Reina Elizabeth, quien murió en 2002 a los 101 años.

Arquitectura de John Nash

La edificación fue diseñada por el célebre arquitecto británico John Nash. En su interior, se encuentra el famoso salón matutino Morning Room, cuyo diseño original se aprecia en una gráfica de 1894. La fotografía data de mucho antes del nacimiento de la Reina Madre. En ese entonces, Clarence House ya tenía más de siete décadas de existencia.

Habitación favorita

De toda la casa, esa era la habitación preferida de su majestad Elizabeth. Por eso, se encargó de ponerle su toque personal. La decoración, resalta el esplendor del lugar y también la continuidad. Pues, para mantener la tradición generacional de siglos, la realeza no acostumbra cambiar el interior de la propiedad por un estilo totalmente moderno.

Conservación de elementos

Durante varios siglos, Clarence House ha conservado diversos elementos, como obras de arte y muebles. Al morir su abuela, el entonces príncipe de Gales, se aseguró de preservarlos. No obstante, al convertirse en su hogar le aportó su propio sello. La última transformación que le hizo estuvo a cargo del diseñador de interiores, Robert Kime.

Decorador de interiores

Este decorador era el predilecto del Rey para esos encargos, pero falleció hace poco tiempo a los 76 años. Su trabajo no solo se centró en la residencia de Londres, sino en otras casas reales como Highgrove, en Gloucestershire, entre otras. Y bajo la supervisión constante del royal, que revisaba cada detalle.

Recorrido por la casa familiar

Ahora, adentrémonos en Clarence House para conocer a fondo sus numerosas habitaciones y aspecto en general. Durante los días de verano puedes visitarla, ya que está abierta al público. Pero, con este recorrido es posible acceder en cualquier fecha del año.

Vestíbulo de entrada

Cuando ingresas a esta propiedad, lo primero que ves es el enorme vestíbulo de entrada. Los pisos están cubiertos de alfombras persas hechas a mano. El tejido es de lana con motivos Herati, un patrón decorativo originario de Afganistán. Aunque se consigue mayormente en Irán. Y, colgado en el lado superior izquierdo, un retrato de Augusta, quien ostentó el título de princesa de Gales en el siglo XVIII.

Colección de arte

A continuación, hay una pintura del Rey Enrique V con la Reina de Francia. Capta el instante en que se conocieron. La obra fue pintada por William Kent en 1798, al parecer con el consentimiento de la reina Carolina. En un gabinete de vidrio, también se exhibe una colección de vajillas de porcelana de Worcester, perteneciente al servicio de cena King of Hanover.

Estandarte de la Reina Madre

En un extremo del mueble, se encuentra colgada la pancarta de Liga de la Reina Madre. El Garter Banner, como también se le conoce, muestra el escudo de armas real. Allí, están representados los tres leones dorados que simbolizan a Inglaterra, así como el león rojo de Escocia y el arpa de oro de Irlanda. También figura el escudo de armas del padre de Elizabeth, el Conde de Strathmore, y el de la familia real. Pero esto no es todo. El pasillo de la galería se extiende a otras habitaciones en la planta baja. Entre ellas, Lancaster Room, a la derecha.

Sitio de espera

La sala de espera posee muchas cosas con qué entretenerse. Está repleta de libros que si bien no puedes hojear, al menos es factible revisar los títulos que aparecen en los respectivos lomos. Además, alberga ocho diferentes acuarelas del viejo Castillo de Windsor (década de 1940), obsequiadas por el artista John Piper.

Morning Room

En cuanto al Morning Room, ha sido utilizado durante décadas para muchos fines. El ahora Rey de Inglaterra y su esposa Camila, lo emplearon hasta hace poco para darle la bienvenida a los invitados. También ha servido como escenario para inmortalizar momentos importantes a través de sesiones familiares de fotografía. Por ejemplo, el bautizo del príncipe Louis.

Estudio del duque de Edimburgo

Este increíble espacio sedujo de igual manera al fallecido duque de Edimburgo. El esposo de la reina Isabel II lo convirtió en un estudio. Allí, solía pasar tiempo trabajando o probando un desayuno. Más tarde, el rey Carlos III le incorporó un escritorio de madera y bronce dorado, donde es posible que se haya sentado a realizar sus tareas.

Librería

Pasando esa estancia, se encuentra la biblioteca. Una habitación con estanterías llenas de libros, gracias al aporte de la Reina Madre, Isabel II y el duque Felipe. Ocupa lo que anteriormente era el vestíbulo de entrada. A pesar de las renovaciones a la que ha sido sometida la estructura, los tomos no se han tocado.

Hogar de Isabel II

Dos años después de casarse con Philip, Isabel se mudó a Clarence House. Allí vivió junto a su esposo por espacio de cuatro años, hasta 1953. Ese año se trasladó al Palacio de Buckingham. Su hijo Carlos ya había nacido, por lo que los primeros años de su vida transcurrieron en la casa de Londres. Según fuentes diversas, crecer allí no le proporcionó al heredero de la corona estabilidad familiar. Más bien, habría afectado su educación al no lograr adaptarse bien a la escuela privada.

El comedor

Son incontables las celebraciones familiares que han tenido lugar en el comedor de la casa real. Entre ellas, la cena ofrecida en su oportunidad por Carlos III, con motivo del 60 aniversario de bodas de sus hoy fallecidos padres, la reina Isabel y el príncipe Felipe. El salón tiene una llamativa moldura de bronce en el techo.

Retrato inconcluso

Sobre la chimenea, cuelga el retrato sin terminar de la Reina Madre. Se dice que el artista Augustus John no la completó debido al estallido de la Segunda Guerra Mundial. Al parecer, se puso muy nervioso para trazar el lienzo. No obstante, la monarca se sintió satisfecha con el resultado.

Pasillo ecuestre

Este corredor es una muestra de la afición a los caballos que tenía la Reina Madre e Isabel II. Ambas, asistieron a numerosos eventos ecuestres, dejando plasmados esos momentos en fotografías y pinturas que cuelgan de la pared.

Habitación jardín

La Reina Madre no solo disfrutaba de la sala de desayuno. También era una aficionada de las flores. Por ello, creó una habitación con vista a los impresionantes jardines de Clarence House, la cual funciona igualmente como una sala de música.

Reuniones con dignatarios

Al igual que su abuela, el nuevo rey, Carlos III, se complace en programar reuniones y eventos con vista a la naturaleza. Con anterioridad, se ha reunido en la habitación jardín con altos funcionarios y personalidades de diversas partes del mundo.De la parte superior de la casa se sabe muy poco. Pues, siempre se ha mantenido en secreto.

Muestra de habitaciones superiores

Sin embargo, siendo todavía Clarence House su casa oficial, encargó algunas pinturas de las habitaciones. Esto, para que la gente tenga al menos una mínima idea de ese espacio tan íntimo. Las obras lucen muy bien, pero solamente mostró las fotos, como queriendo proteger su privacidad.

Pórtico dórico

El rey siempre ha manifestado su amor por la naturaleza. Y eso se evidencia en los espacios verdes de la casa real. En 2002, tras el fallecimiento de la Reina Madre, se dedicó a renovar el jardín en su memoria. Fue así como terminó supervisando la vista que recibe a los visitantes, a través del pórtico dórico. Se trata de un estilo antiguo de la época griega y romana.

Casa del príncipe Guillermo

La mansión de Clarence House se construyó entre 1825 y 1827, con la intención de acoger al hijo de Jorge III, el príncipe Guillermo y duque de Clarence. Y funcionó, ya que vivió allí hasta su muerte, en 1837. A la princesa Augusta le tocó mudarse repetidas veces de la casa que formaba parte de la residencia real, hasta que la demolieron.

Residentes 

En 1841, la propiedad quedó en manos de la duquesa de Kent, madre de la reina Victoria. Posteriormente, se convirtió en el hogar de los duques Alfred de Edimburgo y Arthur de Connaught, hijos del monarca. Antes de que Elizabeth y Philip la ocuparan en la década de 1940, se utilizaba para ayudar a los soldados durante la guerra. Durante 49 años (1953-2002), sirvió como residencia oficial de la Reina Madre.  

Recorrido virtual

Todos los meses de agosto la casa abre sus puertas al público para que la conozcan. Si no tienes la oportunidad de estar en Londres para esa fecha, tienes la opción de hacer un recorrido virtual. Recientemente, la familia real venía realizando ceremonias como el encendido del árbol de Navidad, para invitar a la población en general a acercarse.

Destino incierto

What does the future hold for Clarence House and whoever lives there? It certainly occupied a special place in the hearts of Queen Elizabeth II and her son, not to mention the rest of the family. The details may change, but overall it appears that the exterior and interior of the house King Charles III until recently called home is likely to remain largely reassuringly constant. Yet this rare glimpse inside a royal home got us curious about other spectacular and spectacularly valuable property owned by the monarchy.

30. Perlas de cuatro hilos

La reina adoraba las perlas, por lo que rara vez era vista sin su collar. Pero hubo uno en particular que se destacó entre su colección. El de cuatro hilos que recibió como regalo de parte del gobierno japonés, durante una visita de estado en la década de 1970. Fueron ensartadas por un proveedor de la joyería Garrard y su valor se estima en más de $30.000.

29. Sautoir con amatista en forma de corazón

Seguramente alguna vez viste a Isabel II lucir un collar sautoir, con cadena larga y una amatista en forma de corazón. Perteneció a la esposa de Eduardo VII, la reina Alexandra. Ella se lo dio como regalo de bodas a Lady Elizabeth Bowes-Lyon, cuando se casó con el príncipe Alberto, quien posteriormente se convirtió en el rey Jorge VI. Está valorado en $60.000.

28. Broche de plumas Carrington

Esta joya se la regaló la firma Carrington, por su boda con el difunto duque de Edimburgo. Tiene forma de pluma y contiene un zafiro de talla cuadrada. Fue confeccionado para ella por la propia empresa, siendo su valor actual de $85.000. La reina lo usó únicamente con ropa azul o púrpura para resaltar el color de la gema.

27. Broche de hoja de arce

Esta extraordinaria pieza de diamantes en forma de hoja de arce fue un regalo de Jorge VI a su esposa Elizabeth. Representa el símbolo nacional de Canadá. La Reina madre la mostró durante la coronación de su hija. Su precio se calcula en $120.000.

26. Collar de aguamarinas

Para conmemorar su ascenso al trono, en 1953, el entonces presidente de Brasil, Getulio Vargas, le obsequió a la reina este collar. Y unos aretes a juego con piedras engastadas en pergaminos de diamantes. Ella le agregó al conjunto una tiara con la misma gema. ¿Su costo? $180.000.

25. Tiara Cubitt-Shand

Esta parece ser una de las coronas favoritas de la reina consorte, Camila Parker. Está hecha de diamantes y tiene un estilo floral. La joya perteneció a su abuela, Sonia Keppel. Se le ha visto usarla en ocasiones especiales, como sucedió en su primera boda con Andrew Parker Bowles, en 1973. 

24. Gargantilla Queen Mary

Kate Middleton también tiene predilección por algunas joyas. Por ejemplo, el collar corto de diamantes que perteneció a la reina María en la década de 1920. Pero lo adaptó para no usarlo en el cuello, sino a modo de brazalete. La Reina Madre lo lució de la misma manera. Cuesta alrededor de $300.000.

23. Perlas de la reina Alexandra

Alexandra de Dinamarca. Está compuesto por una corona, tiara, broche, collar y aretes de perla, hechos por Garrard. La monarca danesa, lo obtuvo como regalo de bodas en 1863, cuando contrajo nupcias con el hijo de Victoria. Kate Middleton, lo usó durante la celebración de un banquete de estado en 2018. Costo: $360.000.

22. Anillo de Zafiro de Ceilán

El anillo de compromiso que le entregó en 1981, el hijo de Isabel II a la princesa Diana, se volvió muy famoso. La pieza de Garrard consta de un enorme zafiro de 12 kilates proveniente de Ceilán, ahora Sri Lanka. Esta joya, que le pertenece en la actualidad a la esposa del príncipe William, tiene un valor estimado de $360.000.

21. Broche de racimo de zafiros rusos

Marie Feodorovna, esposa del zar Alejandro III, fue la dueña originaria de esta prenda. La abuela de Isabel II se lo compró a sus hijas en 1943. Desde entonces, se convirtió en el favorito de la Reina Madre. Isabel lo usó en 2014, durante la visita que le hizo al Papa Francisco. Está valorado en $600.000.

20. Tiara Kokoshnik

Perteneció también a la reina Alexandra y su valor podría ser de $695.000. Un grupo de mujeres de la aristocracia se lo regaló a la bisabuela de Isabel II, con motivo de su 25 aniversario de bodas en 1888. La monarca británica la usó en diversos eventos estatales.

19. Tiara nudo del amante

Esta pieza fue fabricada en 1913 por encargo de la reina María. Es una copia de la tiara “nudo de los amantes de Cambridge” que le pertenecía a su tía. Además de ella, la han usado la difunta reina Isabel II, la princesa Diana y Kate Middleton. Cuesta un millón de dólares.

18. Tiara Cartier Halo Scroll

Jorge VI se la compró en 1936 al joyero Cartier. Se la entregó a su esposa Elizabeth, quien se la regaló luego a la hija de ambos por su cumpleaños. La tiara tiene 1.311 diamantes y es la misma que usó Kate Middleton en su boda con el príncipe William, en 2011. Está valorada en 1.7 millones de dólares.

17. Bandeau de diamantes

Esta tiara de diamantes y motivos florales, posee un broche que se quita y usa solo. Se lo obsequió el condado de Lincoln a la reina María, con motivo de su matrimonio en 1893. Al morir, en 1953, lo heredó Isabel. Su precio es de 2.4 millones de dólares.

16. Dubai Looped-Sapphire Demi-Parure

Se trata de un conjunto de joyas de zafiro y oro valorado en 3.1 millones dólares. La reina las conoció gracias al jeque Rashid de Dubái, que se las presentó en 1979. Incluía anillo, aretes y collar, pero ella prefirió modificarlas para reducir su tamaño. Con las piezas sobrantes hizo un brazalete. 

15. Tiara flor de loto

Originalmente, era un collar de diamantes y perlas. Antes de ser rey, Jorge VI se lo regaló a la Reina Madre. La empresa de joyería Garrard lo fabricó y a los seis meses de haberlo recibido, Elizabeth mandó a hacer con él una tiara, en forma de flores de loto que le debes haber visto a Kate Middleton. Tiene un costo de 4.8 millones de dólares.

14.Tiara de zafiros belga

La fallecida reina quería una joya que combinara con las que le regaló su padre, Jorge VI el día de su boda. Por eso, encargó esta pieza de piedras belgas, conocida también como Tiara de zafiro victoriana, la cual tiene un valor de 6 millones de dólares.

13. Tiara de rubí birmano

Un gobernante hindú le obsequió esta costosa joya a la reina Isabel. Al casarse con el príncipe Felipe en 1947, la invitó a escoger algo de Cartier. Ella optó por un collar y una tiara. Las piedras de rubíes birmanos y diamante blanco fueron utilizadas luego para elaborar la pieza, cuyo valor es de $6 millones.

12. Tiara con flecos 

Tanto Isabel II como las princesas Ana y Beatriz usaron esta joya estilo ruso en sus respectivas bodas. Fue realizada en 1919 por Garrard, con diamantes de otra pieza perteneciente a la monarca María. Su precio es de alrededor de $6 millones.

11. Tiara Oriental Circlet

El príncipe Alberto sorprendió a la reina Victoria al regalarle esta tiara diseñada por él mismo. Al fallecer, la heredó Alexandra, esposa de su hijo Eduardo VII. Ella sustituyó los ópalos originales por rubíes. Luego, le quedó a la reina Isabel. Cuesta $7.2 millones.

10. Collar de festón de Greville

La Reina Madre recibió como legado esta pieza, así como otras más de la colección de Margareth Greville. A la aristócrata, proveniente de una dinastía cervecera, le gustaba coleccionar joyas, Esta era particularmente importante por la cantidad de diamantes. El collar, valorado en $7.2 millones, lleva su nombre.

9. Broche del príncipe Alberto

En 1840, un día antes de contraer nupcias con Victoria, el príncipe Alberto le regaló este broche a su novia. Está compuesto por un enorme zafiro engastado con diamantes. Es muy hermoso y cuesta hoy en día $9.6 millones. 

8. Tiara Gran Duquesa Vladimir

Es considerada una reliquia histórica. Llegó a Gran Bretaña de contrabando, tras la huida a este país de la gran duquesa rusa Vladimir. En 1918, los comunistas asesinaron a su esposo Nicolás II, el último zar de Rusia. La reina María se la compró. Por algo vale $12 millones.

7. Tiara Kokoshnik de Esmeralda

Esta es otra de las piezas que le dejó Margareth Greville a la madre de Isabel II. No se había vuelto a ver hasta 2018, cuando la princesa Eugenia, nieta de la reina, la lució en su boda con Jack Brooksbank. El joyero francés Boucheron la creó en 1921 y cuesta actualmente alrededor de $14 millones.

6.Suite de zafiros saudíes de la princesa Diana

Collar, aretes de zafiro, reloj pulsera y anillo. Todo esto incluye la suite que el príncipe heredero Fahd de Arabia Saudita, le regaló a Diana de Gales con motivo de su boda. Este espectacular juego no vale menos de $20 millones.

5.Corona de San Eduardo

Es el tesoro más preciado de la corona británica. Tiene casi 5 libras de oro y 444 gemas, por lo que está valorada en $39 millones. La reina la usó una única vez durante su coronación en 1953. Se guarda en una bóveda de seguridad en la Torre de Londres .

4.Broche Cullinan III y IV

Debe su nombre al hecho de que las bengalas que posee representan el tercer y cuarto corte más grande del diamante Cullinan. Esta piedra fue presentada a Eduardo VII en 1907. Las dos de mayor tamaño se utilizaron en las joyas de la corona. Hoy, el broche cuesta $60 millones.

3. Gargantilla de la princesa Diana

Este icónico collar de zafiros y perlas se lo regaló la Reina Madre a Diana, el día de su boda con el príncipe Carlos. Tiene forma de huevo y está rodeado por una doble hilera de diamantes. Se calcula que cuesta 120 millones de dólares.

2. Diamante Cullinan I

Es la bengala de diamante más grande de la piedra Culligan de 3 mil quilates extraída en Sudáfrica. Desde 1910, forma parte del Cetro con Cruz del Soberano, una de las joyas más importantes de la realeza británica, valorada en $525 millones.

1. Diamante Koh.i.Noor

Es un diamante de 108 quilates originario de India. Está incrustado en la corona imperial británica. Anteriormente, tuvo otros dueños, entre los que figuran emperadores de Mongolia, Emires de Afganistán, Shah de Irán y Sikh Maharajas. Tiene un valor de mil millones de dólares.